jueves, 12 de noviembre de 2015





  






                                             
 Hay dos técnicas principales; - Pintar el mándala desde afuera hacia dentro es significativo de que la persona quiere "buscar su centro", contactar con la esencia de su subconsciente. - Pintar el mándala desde adentro hacia fuera indica un ánimo de exteriorizar las emociones, de sacar lo que se lleva dentro. Una vez se empiece a pintar según el método elegido, hay que dejar que sea la intuición quien guíe el trabajo. Por ejemplo, el estado de ánimo indicará los colores a utilizar. Es importante liberar la mente, disfrutar del trabajo y concentrarse en el mandala. Lo que se busca llegará solo poco a poco; la tranquilidad, la relajación, la meditación. No hay que ser perfeccionista al pintar. Lo principal es trabajar según dicte el ánimo y la intuición, y disfrutar mientras se pinta. Al acabar, es recomendable dedicar unos minutos a contemplar el trabajo, dejar "que el mandala hable", como aseguran quienes están acostumbrados a realizar esta actividad, es lo que termina de dar sentido a lo que se acaba de hacer, que, en definitiva, es encontrarse y pasar un rato con uno mismo.





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