
También
pueden utilizarse en la educación de los niños ya que tienen múltiples beneficios:
- Pintar o colorear mandalas ayuda al niño a potenciar su
capacidad de atención y concentración.
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Fomenta el control y el dominio del cuerpo, sobre todo de la
motricidad fina lo que favorece la capacidad de escritura, dibujo, de manipular objetos...
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Desarrolla la paciencia: colorear un mandala requiere de tiempo, tranquilidad y, sobre todo,
paciencia para ir dando color a las múltiples formas y figuras de su interior.
- Ayuda al tratamiento de TDAH: el estudio 'Meditación con mandalas en estudiantes de 6º básico diagnosticados con SDA' demuestra que niños expuestos durante 2 meses a dibujar mandalas les ayudó a mejorar su concentración y su capacidad de atención.
- Ayudan a la formación de la inteligencia y el razonamiento.
- Baja el
nivel de estrés, además durante el tiempo que el niño pinta un mandala se le puede poner música de fondo para que el efecto relajante y calmante sea aun mayor.